Hace unos días colgaba esta imagen en mi cuenta de Instagram y proponía adivinar a mis followers el sexo de nuestro futuro bebé. Contra todo pronóstico, pensé que por haber elegido un conjuntito en color azul muchos dirían niño y la verdad es que me sorprendieron bastante las respuestas.
A veces pensamos (o queremos pensar) que las diferencias entre sexos se van reduciendo, pero la realidad es que seguimos teniendo prejuicios -en general- acerca de ‘lo que es de niño’ y ‘lo que es de niña’
Y no me refiero solamente a los colores, sino a aquellos que te miran raro porque tu hijo salga a la calle con un tutú o porque tu hija lleve ropa de niño.
Hay quien dice que las niñas suelen tener gustos muy distintos a sus madres a la hora de vestir. Yo, por ejemplo, no soy demasiado fan del rosa. Quizá pueda tener tres prendas, tirando largo, en este color. Cuando Alma era un bebé y me preguntaban qué ropita regalarle mi respuesta siempre era: nada rosa jajaja Y mira tú por dónde ella lo ama. A veces me pregunto si es porque le nace a ella o porque está sugestionada por lo que ve a su alrededor: dibujos animados, color con el que visten al 80% de las muñecas, otras niñas…
Fotografía Verdesotti
La verdad es que con menos de tres años tiene una personalidad bastante fuerte y marcada. Sé que sus gustos irán cambiando, aunque a veces me alucine lo claras que tiene muchas cosas, lo que sí me gustaría es que siempre se sintiera libre para decidir, no sólo con la ropa, sino en cualquier aspecto de su vida.
Fotografía Verdesotti
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