Me gustan las casas que cuentan historias y, sin duda, la de Anna de Drimvic, es una de ellas.
Anna tiene 28 años y hace 4 que se fue a vivir a este pisto con su pareja. Ella se obsesionó con convertirlo rápidamente en un “hogar” así que lo decoraron demasiado rápido, según me cuenta.
Se trata de un piso pequeñito, pero les atrapó la gran cantidad de luz natural en la zona del comedor y la cocina, que es donde hacen más vida.
Anna no tiene un estilo marcado de decoración, pero le gustan las casas provenzales, el estilo nórdico, los ambientes minimalistas y bohemios, aunque reconoce que lo fundamental es que refleje que se trata de una casa vivida.
A día de hoy, cambiaría más de la mitad del mobiliario de su piso pero siempre conservando lo que la hace especial, los recuerdos de sus viajes (la gran pasión compartida de esta pareja): unos portavelas enormes de Marruecos, unos paneles de Camden Town en Londres, un cenicero de Túnez, cojines de 1000 sitios diferentes, cachivaches de cocina de otros tantos mil, salvamanteles, marcos de fotos… y la pared del pasillo llena de fotografías de estos viajes. Sin duda, ama todos estos objetos porque son la representación de buenos momentos y grandes escapadas.
Hechas las presentaciones, os dejo con este pisito tan acogedor que estoy segura os va a enamorar.
6 Comments
Es precioso…y tiene terracilla para desayunar en verano!!
La verdad es que suele pasar, con los años, aquello que en su momento nos pareció lo mejor, va cambiando de piel…y cambiaríamos la mitad de la casa…
Me encantan los detalles…
Qué ganas tenía de ver este post y de conocer un poco más de Anna! Sin duda, me quedo con la terraza! Y me han encantado todos los recuerdos de sus viajes… Un besazo!
Precioso!!
Ya te dije lo mucho que me gustaba esta categoría, y más si nos dejas entrar en casa Drimvic! Me gusta porque es un hogar acogedor, con vida y mucha personalidad. El tema de cambiar muebles comprados al principio, me recuerda a la mesa de cristal que tenía en el comedor y de la que me cansé a los cuatro días. Si algo no podía faltar en casa de Anna era la huella de su pasión por viajar.
Un beso enorme a las dos!
Marta, creo que ya te lo he dicho por todas las redes posibles, pero gracias por invitarme a tu blog; me gusta muchísimo y poder salir en él es un lujazo así que gracias, gracias, gracias! Y gracias también por los comentarios tan bonitos que han dejado, se me suben los colores y la autoestima!! 🙂 Un besazo ***
Pues yo creo que esa luz en la cocina 🙂 es un lujazo. No es que yo no tenga… pero haría la ventana dos veces más grande, jejejeje. Muy acogedor, y los detalles personales son los que dan el toque especial a la casa. Un beso!